Algunas investigaciones sostienen que con una intervención conductual temprana e intensiva entre un 35 y un 47% de los/as niños/as con Trastorno del Espectro Autista han sido capaces de conseguir un funcionamiento intelectual y educativo normalizado a la edad de 7 años anys ( Lovaas, 1987; McEachin, Smith, Lovaas, 1993)

Estos niños fueron integrados en clases ordinarias y han ido avanzando con éxito en el seno del sistema educativo sin ningún tipo de asistencia adicional. Estos/as niños/as muestran un aumento considerable en el funcionameinto intelectual y rinden en el rano de normalización en los tests estandarizados de inteligencia y se muestran equiparables a sus iguales a nivel de funcionamiento social y emocional.

Lamentablemente estos niveles de funcionamiento no son extrapolables a la mayoría de niños/as con TEA.

No obstante, dicho esto, una intervención adecuada obtiene grandes éxitos en:

-Aprendizaje de habilitades más funcionales y compleixes

-Disminución significativa de conductas inapropiades

-Desarrollo de diferentes niveles de juego

-Habilidades de comunicación y adquisición de lenguaje

-Aumento y mejora en la integración en ambientes sociales, comunitarios y educativos